Para gastos muy grandes (hospitalizaciones, cirugías, estudios médicos especializados, traslados en ambulancia, atención en el extranjero, honorarios médicos, etc.) la aseguradora ya tiene convenios con algunos hospitales y clínicas que son parte de su red de socios.
Así que cuando estás teniendo tu evento médico, lo más recomendable es que ya sepas o tengas a la mano la lista de hospitales o clínicas con los que tu aseguradora tiene convenio y a los que puedes acudir sin costo o con costo preferente.
Gastos más pequeños que no resulten en un desembolso muy fuerte y que puedes cubrir tú (medicamentos, algunas consultas médicas de especialidad, estudios de laboratorio, etc.) te los puede cubrir el seguro a posteriori, con la condición de que puedas comprobarlos y estén incluidos en las condiciones generales. No olvides solicitar factura de todos los gastos que hagas para que se te reembolsen.
Toma en cuenta que parte del contrato o pacto que haces con la aseguradora incluye algo que se llama deducible, una cantidad fija que tienes que pagar tú por cada evento médico que tengas. Y en muchas ocasiones también tienes que pagar el coaseguro, un porcentaje del gasto total que se hizo por cada evento médico que presentes.